En medio de una situación de tensión, las autoridades confirmaron la presencia de un dron que sobrevolaba las instalaciones policiales sin autorización. Los patrulleros de la estación local detectaron el aparato blanco de tamaño mediano a baja altura. Al notar el zumbido y las luces intermitentes del dron, los oficiales activaron el protocolo de respuesta ante incursiones aéreas no autorizadas.
“El dron ejecutaba maniobras bruscas, cambiando de dirección de forma repentina y descendiendo a menos de 15 metros del techo. Al no responder a nuestras señales visuales ni auditivas, consideramos que podría tratarse de un intento de vigilancia contra la seguridad operativa de la estación”, manifestó un agente. Ante esta amenaza potencial, los agentes llevaron a cabo disparos disuasivos al aire, una medida excepcional aprobada por la dirección regional para proteger infraestructuras críticas.
Tras la detonación, el dron elevó rápidamente su altitud y se alejó con rumbo desconocido. No hubo heridos ni daños materiales, pero el incidente generó un ambiente de tensión entre los moradores del sector y el personal policial. Varias familias reportaron haber visto el dron cruzar varias veces la avenida central antes de dirigirse hacia la zona rural, lo que dificulta la localización del operador.
La Dijín y la Dirección de Aeronáutica Civil han sido convocadas para colaborar en la investigación, cuyo objetivo principal es determinar el origen del artefacto y la intención detrás de su vuelo. Entre las hipótesis se considera el espionaje a los procedimientos policiales.