Las autoridades del Valle del Cauca mantienen en máxima alerta a la comunidad debido al fenómeno de El Niño y su transición hacia condiciones de superávit hídrico, especialmente en zonas vulnerables a deslizamientos y desbordamientos de ríos.
Desde la Secretaría de Gestión del Riesgo del departamento se lanzó un llamado urgente para que la ciudadanía esté atenta a cualquier señal de peligro, refuerce la prevención y no minimice los síntomas de una posible emergencia. Rodrigo Zamorano, asesor de la entidad, explicó que los movimientos en masa están directamente relacionados con la saturación de los suelos, fenómeno que ocurre cuando el agua ocupa los poros de la tierra, generando inestabilidad.
“Es como llenar un balde de arena con agua; llega un punto en que no puede absorber más y empieza a colapsar”, señaló. Actualmente, se estima que más del 35% del suelo ya está saturado, lo que incrementa el riesgo en sectores propensos a deslizamientos.
Zamorano resaltó que los meses de lluvia continuada han dejado los suelos fatigados, por lo que las condiciones actuales requieren una gran atención. También se advirtió sobre el uso incorrecto de términos como “invierno” en Colombia. “Aquí no hay estaciones como en otros países, no tenemos esa inclinación de eje terrestre que las define. Lo que tenemos son fenómenos climatológicos asociados a latitud y altitud, lo que significa que debemos aprender a leer e interpretar nuestros propios indicadores”, explicó el experto.
Se abordó también la mala planificación urbana como un factor que contribuye a las emergencias. “Si no hubiéramos construido donde no debíamos, muchas de las emergencias actuales serían evitables. Hay sectores que no deberían haberse urbanizado, pero hoy enfrentan consecuencias por decisiones humanas, no naturales”, afirmó Zamorano.
Sobre el río Cauca, se destacó su papel como regulador natural, aunque su nivel actual es preocupante. “Estamos descargando solo 71 metros cúbicos por segundo, cuando deberíamos estar en 576. Eso es siete veces menos. Es una señal crítica”, advirtió el asesor.
Se hizo un llamado a la conciencia ciudadana para evitar conductas de riesgo como arrojar basura en los ríos, cruzar cuerpos de agua en crecidas o ignorar señales de alerta como cambios en el color del agua, sonidos inusuales como “cracks” en la montaña o el aumento repentino del caudal. “Si ve algo de eso, ¡evacúe de inmediato! No espere confirmaciones”, insistió.
Por parte de la Gobernación, se mantiene un equipo de expertos monitoreando 24 horas los puntos críticos del departamento. También se trabaja en conjunto con agencias internacionales para mejorar la toma de decisiones.
Finalmente, se hizo hincapié en la importancia de la capacitación ciudadana. “No sobrevive el más fuerte, sino el que sabe qué hacer. Tener conocimiento puede salvar vidas. Por eso promovemos que las comunidades conozcan herramientas como las aplicaciones meteorológicas certificadas y sepan leer pronósticos”, concluyó.