Túnel del Toyo: Un año excavado, aún sin uso.

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La obra que conectará Medellín y Urabá, aún en desarrollo, depende de proyectos complementarios para su puesta en marcha.

Un recorrido por las entrañas del túnel del Toyo, el más largo del país, que lleva un año excavado y que no ha podido utilizarse

Medellín. Desde el interior del túnel, las luces se filtran por las grietas de la montaña, iluminando el camino de cemento que serpentea por el subsuelo. A la izquierda, las paredes rocosas se alzan como un muro impenetrable; a la derecha, la maquinaria excava sin descanso, con un ruido ensordecedor que resuena en el vacío.

Este es el túnel del Toyo, el más largo del país con 4,6 kilómetros de longitud, una obra faraónica que se inició en 2021 y que tiene como objetivo conectar la ciudad de Medellín con el municipio de Bello, descongestionando el tráfico vehicular en la vía al mar.

La obra ha generado una gran expectativa, pero también ha tenido que enfrentar una serie de problemas que han retrasado su puesta en funcionamiento. Uno de los principales obstáculos fue la aparición de fallas geológicas, que obligaron a realizar trabajos adicionales de estabilización.

Sin embargo, a pesar de estos inconvenientes, la obra avanza a buen ritmo y se espera que esté terminada a finales de 2024. El director del proyecto, Juan Carlos Vélez, aseguró que la inversión total será de 1,2 billones de pesos, y que el túnel tendrá un impacto positivo en la movilidad de la región.

El recorrido por el túnel es un viaje a las entrañas de la montaña, un viaje que permite apreciar la complejidad y la magnitud de la obra. Las paredes rocosas, las galerías subterráneas, las máquinas excavadoras y los trabajadores que laboran sin descanso para lograr la construcción de esta megaobra, son solo algunas de las imágenes que se pueden observar en el interior del túnel.

La obra del túnel del Toyo es un símbolo de la transformación que está viviendo la ciudad de Medellín. Un proyecto ambicioso que busca mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región y que, al mismo tiempo, representa un desafío para la ingeniería colombiana.

El túnel del Toyo es un ejemplo de cómo la ingeniería y la tecnología pueden unirse para crear grandes obras que beneficien a la sociedad. Un proyecto que, a pesar de las dificultades, se acerca a su finalización, y que promete una nueva era de movilidad para Medellín.

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