En la mañana del jueves 1 de mayo, un hallazgo macabro desgarró la tranquilidad de la vereda Hato Viejo, en Bello (Antioquia). En una vivienda del sector conocido como La Playita, fue encontrado el cuerpo sin vida de un joven venezolano de 21 años, identificado como Kenyer Jaret Medina Briceño.
La víctima se encontraba en su cama, con las manos y los pies atados con una sábana y la cabeza cubierta con una bolsa negra sujeta con papel vinipel. Esta situación indica que la muerte se produjo por asfixia mecánica.
Una mujer del sector, compañera sentimental del amigo con quien Medina compartía la vivienda hasta hace unas semanas, descubrió el cuerpo. Según su relato, acudió a pasarle agua para su aseo personal, pero al no obtener respuesta decidió ingresar.
Kenyer vivía en la vivienda desde hacía un poco más de un año, compartiendo el espacio con un amigo que regresó a Venezuela a principios de abril por motivos familiares. Desde entonces, el joven se encontraba solo. Vecinos mencionan que Medina mantenía una rutina tranquila y no presentaba conflictos visibles.
Las autoridades investigan las circunstancias del crimen. Agentes del CTI de la Fiscalía llevaron a cabo el levantamiento del cuerpo y iniciaron una investigación para determinar si el asesinato está relacionado con retaliaciones por parte de bandas criminales o si obedece a motivos personales. Por el momento, los móviles del crimen se mantienen bajo reserva. No se han reportado ruidos o movimientos sospechosos, ni hay información clara sobre quien habría ingresado a la vivienda ni en qué momento. La hipótesis de una muerte por asfixia sugiere un ataque silencioso y planificado.