El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha vuelto a condicionar la negociación de una prórroga del cese al fuego, lo que ha generado tensiones en las conversaciones de paz con el gobierno colombiano. En un comunicado reciente, la guerrilla ha manifestado que no extenderá el cese al fuego a menos que se cumplan varias exigencias específicas, que incluyen mejoras en las condiciones de vida en las zonas rurales y la liberación de algunos de sus miembros encarcelados.
El jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, enfatizó que cualquier acuerdo debe ser recíproco y que el gobierno debe demostrar un compromiso real con la implementación de cambios sociales significativos. “No estamos dispuestos a continuar con el cese al fuego si el gobierno no cumple con sus promesas de desarrollo rural y justicia social”, declaró Beltrán.
Por su parte, el gobierno, a través del alto comisionado para la paz, reiteró su disposición a dialogar y buscar soluciones que beneficien a ambas partes, pero señaló que algunas de las demandas del ELN son difíciles de cumplir en el corto plazo. “Estamos trabajando para cumplir con nuestras obligaciones, pero algunas de las exigencias requieren tiempo y cooperación de múltiples sectores”, dijo el comisionado.
Esta situación ha generado preocupación entre los observadores internacionales y la sociedad civil, quienes temen que el proceso de paz pueda estancarse nuevamente. La comunidad internacional ha instado a ambas partes a encontrar un terreno común y a evitar un retorno a los enfrentamientos armados que tanto daño han causado al país.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el cese al fuego se mantendrá y si las negociaciones de paz podrán avanzar. Mientras tanto, las comunidades afectadas por el conflicto esperan con incertidumbre el desenlace de estas conversaciones.
