A las 9:30 de la mañana (hora Colombia), los 133 cardenales ingresaron a la Capilla Sixtina, iniciando así el proceso de votación para elegir al nuevo papa. La ceremonia comenzó con la tradicional proclama latina “extra omnes”, que marcó el inicio oficial del cónclave. Los cardenales electores, provenientes de 70 países, quedaron aislados del exterior, sin acceso a teléfonos, internet o cualquier forma de comunicación.
La jornada comenzó horas antes, a las 3:00 de la mañana (hora colombiana), con la misa “Pro eligendo Papa”, celebrada en la basílica de San Pedro y presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. Durante la homilía se pidió la ayuda del Espíritu Santo para iluminar a los electores en esta histórica decisión. Posteriormente, tras una breve oración en la Capilla Paulina, los cardenales avanzaron en procesión hacia la Sixtina, donde permanecen encerrados hasta que se llegue a un consenso.
La elección, que podría extenderse por varios días, comienza con una única votación este miércoles. Los resultados se conocerán a través de la emblemática chimenea instalada sobre el tejado de la Capilla Sixtina. Se espera que alrededor de las 12:00 del mediodía, se vea la primera señal de humo, negro, si no hay un ganador, o blanco, si el mundo tiene nuevo pontífice.
El procedimiento, heredado de la Edad Media, es riguroso y simbólicamente cargado. Cada cardenal recibe una papeleta con la inscripción “Eligo in Summum Pontificem” (Elijo como Sumo Pontífice) y debe escribir a mano el nombre de su candidato con una caligrafía lo más irreconocible posible. Luego, tras pronunciar un juramento solemne ante el altar, deposita su voto en una urna de plata. En el caso de los electores enfermos o de avanzada edad, sus sufragios son recogidos por un grupo de cardenales asignados como “infirmarii”.
Tres escrutadores se encargan del recuento: uno mezcla las papeletas, otro lee los nombres en voz alta, mientras que el tercero perfora las boletas para evitar duplicados. Si ningún candidato alcanza la mayoría requerida de dos tercios (al menos 89 votos), se procede a una nueva votación. A partir del jueves, se realizarán hasta cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que surja el nuevo líder espiritual de la Iglesia.
El nuevo papa debe responder dos preguntas clave: “¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?” y “¿Cómo quieres ser llamado?”. Tras la aceptación, los cardenales rinden homenaje y respeto al nuevo líder de la Iglesia. Finalmente, será el cardenal protodiácono quien desde el balcón central de la basílica de San Pedro pronuncie el esperado anuncio: “Habemus Papam”. Minutos después, el nuevo pontífice aparecerá ante el mundo para impartir su bendición “urbi et orbi”, marcando oficialmente el inicio de su pontificado.