La Selección Colombia regresó a Barranquilla con un sabor agridulce tras su último partido en el Metropolitano. Aunque lograron vencer a Venezuela por 1-0, el juego dejó mucho que desear, especialmente en la primera mitad. La poca conexión entre los jugadores, la falta de contundencia en el ataque y la ausencia de un juego fluido generaron preocupación en los fanáticos. Sin embargo, la victoria, aunque sin brillo, permitió sumar tres puntos cruciales en las eliminatorias sudamericanas.
El encuentro marcó el regreso de la Selección a Barranquilla tras cuatro años de ausencia. La última vez que jugó en la ciudad fue en 2019, en un partido contra Argentina. Desde entonces, la selección había tenido que buscar otras sedes para disputar sus partidos debido a la remodelación del estadio Metropolitano.
La vuelta a Barranquilla significó un reencuentro con la afición, que acudió en masa al estadio para apoyar a su equipo. La euforia de los fanáticos se sintió desde las horas previas al encuentro, con la ciudad vibrando al ritmo de los colores de la Selección.
El partido, sin embargo, no estuvo a la altura de las expectativas. La primera mitad fue un verdadero bajón, con un juego lento y sin ideas claras. Venezuela se mostró sólida en defensa y Colombia no pudo encontrar la manera de abrir la defensa rival. La falta de conexión entre los jugadores se hizo evidente, y los intentos de ataque no tuvieron contundencia.
Para el segundo tiempo, el técnico Néstor Lorenzo realizó algunos ajustes, buscando darle mayor fluidez al ataque. La inclusión de Luis Díaz y Jhon Arias le dio más dinamismo al equipo, y la presión alta generó más oportunidades de gol. Finalmente, en el minuto 82, el equipo colombiano encontró la victoria gracias a un gol de cabeza de Rafael Santos Borré.
Aunque la victoria fue lo único que se pudo rescatar del partido, la actuación de la Selección generó cierta preocupación. La falta de conexión y la falta de claridad en el ataque son aspectos que deben ser corregidos si se quiere aspirar a clasificar al Mundial de 2026.
Más allá del resultado, la vuelta a Barranquilla dejó un mensaje claro: la afición sigue fiel a la Selección y la ciudad espera que el equipo recupere su nivel para brindarles alegrías en el futuro. La próxima cita será en septiembre, cuando Colombia visite a Perú en Lima, buscando sumar nuevos puntos en su camino hacia el Mundial.
