En el corazón del Pacífico colombiano, donde la selva verde se funde con el azul turquesa del mar, un grupo de mujeres afrocolombianas se alza como defensoras de la biodiversidad y la cultura de su tierra. Son guardianas del bosque, de las aguas y de los saberes ancestrales que sus ancestros les legaron. Son las mujeres de la COP16, la Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica, que se celebra en Cali.
Son mujeres que resisten, que se adaptan a los cambios, que protegen su territorio. Como la maestra Nelly, una mujer que lucha por la conservación de la flora y fauna del Pacífico, que enseña a los niños y niñas a valorar la naturaleza. Su labor es esencial, ya que la deforestación y la contaminación amenazan el ecosistema del Pacífico colombiano.
«Las mujeres somos guardianas de la naturaleza», dice Nelly, con la seguridad de quien conoce la importancia de su tarea. «Tenemos que enseñarle a las nuevas generaciones a cuidar el medio ambiente, a respetar la vida».
Y hay muchas más como ella. Hay mujeres que trabajan por la sostenibilidad de la pesca, que luchan contra la minería ilegal, que defienden los derechos de los pueblos indígenas. Todas ellas comparten un mismo objetivo: proteger la biodiversidad y los derechos humanos en el Pacífico colombiano.
La COP16 es una oportunidad para visibilizar el trabajo de estas mujeres, para escuchar sus voces y para apoyar sus iniciativas. Es una plataforma para que sus experiencias y sus conocimientos se escuchen en el mundo.
«Estamos aquí para hacer escuchar nuestra voz», dice otra de las mujeres. «Queremos que se conozca la realidad del Pacífico colombiano, que se valore la riqueza de nuestra cultura y de nuestra naturaleza».
Sus palabras resonarán en el mundo. Es el momento de escuchar a estas mujeres, de reconocer su lucha, de apoyar su trabajo. Son las guardianas de la biodiversidad, las defensoras de la cultura, las heroínas del Pacífico.
La COP16 no solo es un evento para hablar de cambio climático, es también una oportunidad para reconocer la labor de las mujeres afrocolombianas que defienden la biodiversidad y la cultura de su tierra. Es un momento para celebrar su resistencia, su sabiduría y su fortaleza. Es un momento para escucharlas y para apoyarlas.