El cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo desde 2007, se ha destacado por su gestión y cercanía a la Curia Romana. En 2013, durante el cónclave papal, se le mencionó como posible sucesor de Benedicto XVI debido a su representatividad como brasileño, su fluidez en varios idiomas y su experiencia en la jerarquía católica.
Shearer, quien cumplirá 75 años, entregó su renuncia al cargo como arzobispo el año pasado, pero permanecerá al frente de la archidiócesis con 6 millones de católicos hasta dentro de dos años, según la misión recibida del papa Francisco. Su trayectoria en la Congregación para los Obispos (1994-2001) le permitió ascender rápidamente en la jerarquía brasileña, pasando de obispo auxiliar de São Paulo en 2001 a arzobispo en 2007, año en que también fue nombrado cardenal.
Su relación con el cardenal Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) data de esa época. Scherer fue anfitrión de la visita del entonces pontífice a Brasil en 2007.
Además de su cargo como arzobispo, Scherer ejerció como secretario general de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) entre 2003 y 2007, y como secretario adjunto de la Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe (Celam). En ambos cargos, fue reconocido por su capacidad como mediador y conciliador en conflictos sociales y políticos.