La tradicional procesión marcó el inicio de la Semana Santa en Cali, una jornada cargada de fe, recogimiento y un poderoso llamado del Arzobispo por la reconciliación de la ciudad.
Desde tempranas horas del sábado 13 de abril, cientos de ciudadanos se congregaron alrededor de la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol, para participar en la liturgia que abrió la conmemoración. En medio de cánticos, palmas y oraciones, el acto religioso fue presidido por el arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez.
“Cristo entra triunfante en Jerusalén, y también debe entrar triunfante en nuestros corazones”, proclamó monseñor en su homilía. Con voz firme pero serena, el líder de la Iglesia católica en Cali pidió que el mensaje de Cristo se traduzca en acciones concretas de paz y perdón. “Hoy caminamos por las calles del centro para implorarle al rey de reyes que reine en esta Cali herida, que necesita con urgencia esperanza, reconciliación y paz”, expresó ante la multitud.
Finalizada la misa, la procesión partió desde la emblemática Plaza de Cayzedo, avanzando con solemnidad hacia el Bulevar del Río, pasando por la histórica Ermita de Cali. Durante el recorrido, los fieles portaban ramas de palma y entonaban himnos religiosos, recordando el pasaje bíblico de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
La Banda Sinfónica de la Fuerza Aérea Colombiana acompañó el trayecto con interpretaciones solemnes que elevaron aún más el ambiente espiritual de la jornada.
El Arzobispo fue enfático en su llamado a los ciudadanos y gobernantes: “Cali necesita más que nunca de corazones dispuestos a perdonar, a construir y a sanar”, insistió. Su mensaje resonó especialmente en medio de los recientes hechos de violencia registrados en diferentes sectores del área metropolitana.
Para los caleños que participaron en la jornada, esta fue también una oportunidad para renovar su fe y comprometerse con el bienestar colectivo. Muchos asistieron en familia, mientras que otros lo hicieron en solitario, llevando en sus oraciones peticiones personales, pero también clamores colectivos por una Cali más segura, solidaria y unida.
Así, entre oraciones y cantos, la ciudad le dio la bienvenida a la Semana Mayor, reafirmando que en medio del caos, la fe sigue siendo un refugio poderoso y una fuente de esperanza para miles de ciudadanos que, como lo recordó monseñor Rodríguez, anhelan vivir en una tierra de paz y justicia.