El gobierno nacional declaró una alerta sanitaria y activó un plan de contingencia a nivel nacional ante el repunte de casos de fiebre amarilla en Colombia. Se han registrado 74 casos confirmados y 34 muertes en lo que va del año.
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, calificó la situación como un “brote inusitado” y anunció medidas urgentes para contener la expansión del virus. Entre las acciones se encuentra la exigencia obligatoria del carné de vacunación contra la fiebre amarilla para viajeros que ingresen desde zonas de alto riesgo, como Brasil.
Se implementará un plan de vigilancia intensificada en todo el país para detectar brotes. El ministro Jaramillo advirtió que la enfermedad tiene una letalidad cercana al 50% y que no se puede permitir que pase del ámbito rural al urbano.
Como parte de la estrategia, se llevará a cabo una jornada de vacunación masiva dirigida a la población a partir de los 9 años de edad, especialmente en las regiones endémicas. Además, se harán controles sobre los focos de transmisión del mosquito transmisor.
Más de 10 mil equipos médicos y alrededor de 80 mil trabajadores del sector salud están desplegados en campo para llegar a las zonas más apartadas del territorio nacional. El objetivo es interrumpir la cadena de transmisión antes de que se convierta en un problema urbano de mayores proporciones.
Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía a verificar su esquema de vacunación y acudir a los puestos habilitados, especialmente si planean viajar a regiones selváticas o fronterizas.